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Tranquilizar la conciencia de un aficionado a la música cuesta menos de 10 euros al mes. Es el precio habitual de la subscripción a un servicio de streaming como Spotify, Deezer o las propuestas equivalentes de gigantes como Apple, Google y Amazon. Todas ellas permiten pensar que uno ya está pagando por las canciones que escucha, aunque lleve años sin comprar ni un miserable CD. Sin embargo, los pocos músicos que se ganan la vida entre los que conozco explican que sus ingresos proceden sobre todo de las actuaciones en directo y de los discos que ellos mismos venden al público cuando acaban de tocar. Las liquidaciones de las audiciones de su música en los servicios de la red -los streams – son tan testimoniales que la mayoría consideran su presencia digital únicamente un canal promocional, ya ineludible.
Entonces ¿dónde van a parar los millones de cuotas mensuales de 10 euros (sólo Spotify tiene ya 70 millones de clientes de pago)? Tenemos la respuesta gracias a la salida de Spotify a bolsa -que, por cierto, tuvo una incidencia digna de Joan Clos o Federico Trillo: la empresa es sueca, pero en Wall Street le dieron la bienvenida izando la bandera de Suiza-. Las beneficiarias de la música en streaming son las grandes discográficas, comenzando por la plusvalía que Sony, Warner y Universal, propietarias en conjunto de un 13% del capital de Spotify, han obtenido con el inicio de la cotización. En Music Business Worldwide calculan que los artistas se llevan alrededor del 18% de lo que ingresan las discográficas, pero el reparto entre los miles de intérpretes que tienen contratados comporta que la gran mayoría de ese dinero vaya a las contadas superestrellas que todos tenemos presentes.
Por no hablar de las diferencias entre servicios. La asociación de artistas The Trichordist ha comparado cuánto pagan las principales plataformas -a les discográficas, insisto- por cada stream y hay diferencias considerables, que se observan en el gráfico inferior de Statista: el más espléndido és Xbox Music (0,0273 dólares por audición), 37 veces más que YouTube, el más tacaño (0,00074 dólares). El citado Spotify liquida 0,00397 dólares por stream, la mitad que Apple Music (0,00783 dòlars). Si es usted músico, téngalo en cuenta a la hora de promocionarse.
Publicado en el diario Ara
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