MWC Barcelona. Día 1: Todo vuelve, las alianzas también

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Las ‘telecos’ se reivindican
La plataforma GSMA Open Gateway (GOG) es la solución de la industria para desatascar la eterna reclamación a los gigantes de internet para que contribuyan a sufragar el coste de desplegar unas redes que les benefician sobre todo a ellos, y no a las telecos, que han visto multiplicarse por 10 el tráfico de datos que transportan sin haber crecido en facturación. Mientras esta contribución se materializa –o no–, el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha captado el apoyo de otros miembros de la GSMA, que ahora también preside, para un concepto que su empresa ya probó hace 10 años bajo el nombre de BlueVia: ofrecer las infraestructuras de las operadoras para acoger aplicaciones móviles de terceros, con el gancho de permitir a los creadores acceder a datos propios de las telecos, como el estado de la tarjeta SIM, la verificación del número móvil o el nivel de calidad de la conexión. BlueVia no terminó de funcionar porque hacer aplicaciones para los abonados de una única compañía no era lo suficientemente atractivo. Sin embargo, tener al alcance los miles de millones de abonados que suman los 21 grupos de operadoras que promueven GOG ya es otra cosa. Veremos cómo salen estos 21 promotores revendiendo los servicios en la nube de Amazon y Microsoft que los creadores de aplicaciones ya podían contratar directamente.
Xiaomi se enfoca
Las grandes firmas europeas de óptica hallaron un filón comercial cediendo sus marcas a los fabricantes chinos de móviles que querían dotar de prestigio a las cámaras de sus aparatos. Una de las primeras fue Leica, que ponía su sello en las funciones fotográficas de Huawei. Ahora que el veto de EEUU ha derrumbado el negocio de móviles de ésta, Leica ha encontrado un nuevo aliado: Xiaomi, que la utiliza como emblema de los Xiaomi 13, la serie con la que quiere hacerse un hueco en la gama alta del mercado de smartphones. Ya no da vergüenza cobrar 1.000 euros o más por un teléfono que no sea ni Apple ni Samsung. Otras marcas chinas como Honor –antes filial de Huawei– también optan a ese lucrativo segmento.
El médico en el móvil
Oppo, otra firma china, presenta en el MWC23 dos dispositivos para vigilar el estado de salud del usuario: un tensiómetro de brazo y el aparato multifuncional OHealth H1, que mide el oxígeno en sangre, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y la calidad del sueño y te hace electrocardiogramas. Nada que no ofrezcan otras marcas de wearables. La diferencia es que Oppo acompaña a los aparatos con un servicio propio de telemedicina en el que el médico puede consultar tus datos e incluso auscultarte en directo a distancia. Es obvio que ningún consumidor catalán querrá que le diagnostique un doctor desde Shenzhen, pero el modelo podría aplicarse con mutuas de aquí. Viendo la parsimonia con la que nuestra sanidad pública abarca los datos de los dispositivos domésticos de salud, no somos pocos los que nos abonaríamos a la mutua de nuestro reloj inteligente o pulsera deportiva para disfrutar de una atención médica proactiva.